Taoismo, Budismo y Confucionismo en el TaiJi Quan
- noviembre 11, 2024
- Publicado por: Yùyán
- Categoría: TaiChi Chuan Taoismo Yùyán
Como sabemos, el Tài Jí Quán 太極拳 (o Tai Chi Chuan) es una práctica de origen chino que se ha ido desarrollando a lo largo de los siglos no solo como un arte marcial, sino también como una práctica espiritual y de autoconocimiento. Lo que hace interesante a esta disciplina, aunque no en todas las Escuelas, es su profunda conexión con las tres principales corrientes filosóficas y espirituales de China: el taoísmo, el budismo y el confucionismo.
Aunque estas tres religiones y filosofías tienen principios y objetivos distintos, tanto el TaiChi como otras Artes Internas relacionadas se integran totalmente en armonía desde los inicios de su concepción, para cultivar de forma óptima tanto el cuerpo como la mente y el espíritu.
El Taoísmo y el Tài Jí Quán: La Fuente Primordial
El taoísmo es quizás la base más directa sobre la que se desarrolla el TàiJí Quán. Esta filosofía, originada en el textos clásicos como el Tao Te King de Lao Tsé, el I Ching, Lièzǐ, Zhuāngzǐ, …entre muchos otros, promueve la idea del Tao como la fuerza primordial que gobierna el Universo. Para el taoísmo, el Tao es el flujo natural de la vida y el cosmos, un equilibrio entre opuestos representado en los conceptos del Yīn 阴 y el Yáng 阳.
Estos son algunos de los Principios del Taoísmo más latentes en el Tài Jí Quán:
Yīn 阴 y Yáng 阳: La alternancia y la armonía entre el Yīn (lo receptivo, pasivo, oscuro…) y el Yáng (lo creativo, activo, luminoso…) son fundamentales. Cada acción se basa en la búsqueda de este equilibrio dinámico entre los opuestos. Al moverse, el alumno alterna entre posturas que vivencian tanto la relajación como la tensión, la suavidad como la dureza, el vacío y la plenitud, reflejando así la armonía del Yīn y el Yáng.
Wú Wéi 無為 (no acción): La filosofía del Wú Wéi promueve la acción sin esfuerzo o la “no acción” en el flujo natural de las cosas, siendo clave en la práctica del Tài Jí Quán. Los movimientos suaves y circulares de esta práctica buscan reducir la rigidez y tensión, permitiendo que el cuerpo se mueva con espontaneidad y naturalidad. No se trata de imponer fuerza, sino de seguir el recorrido natural de la Energía Interna, el Qì.
Qì 氣 (Energía Vital): Para el taoísmo, el Qì es la Energía Esencial que sustenta la vida y conecta todas las cosas. En el Tài Jí Quán, se trabaja para desbloquear y hacer circular el Qì a través del cuerpo mediante posturas, intenciones y movimientos específicos, además de cultivarlos mediante la interconexión con las Fuerzas del Ba Gua, el Qì del entorno. A través de la práctica debemos armonizar el Qì con el Tao, lo que se traduce en salud, equilibrio y paz interior.
El Budismo en el Tài Jí Quán: La Mente y la Meditación
El budismo, y en particular el budismo Chan (Zen en Japón), llegó a China desde la India alrededor del siglo I d.C., y su influencia se extendió rápidamente. Aunque el budismo no es una tradición marcial en su origen, los monjes budistas, especialmente los del Templo Shaolin (Shàolínsì 少林寺), desarrollaron prácticas físicas que, junto a la meditación, contribuyeron a un desarrollo marcial más poderoso.
Estos son algunos de los Principios del Budismo que utilizamos en el TàiJí Quán:
Meditación en movimiento: El TaiChi se entiende a menudo como una forma de meditación en movimiento. Al igual que en la meditación sentada, el objetivo es cultivar la atención plena, el momento presente, y una atención continua en cada postura, cada transición y cada momento del movimiento al ejecutar cada aplicación. Cada movimiento es realizado con concentración y sin distraernos, lo que desarrolla un estado de conciencia similar al de la meditación budista.
Control de la mente y del ego: El budismo nos enseña que el sufrimiento surge de los deseos y del apego. En el TaiChi, el alumnos debe aprender a controlar la mente, a soltar tensiones y a reducir el ego. Esto permite que los movimientos se realicen de forma fluida, sin rigidez ni intención de imponer fuerza. Buscamos un estado de calma interna, en el que la mente se vacíe de pensamientos que nos distraigan y esté en armonía con el cuerpo.
Compasión y respeto: Aunque el TaiChi Chuan pueda derivar en un Arte Marcial externo, no se practica con la intención de lastimar al oponente. Esta actitud de respeto y compasión, similar a la actitud budista hacia todos los seres, se extiende a la relación que se tiene con los demás practicantes y con uno mismo. En lugar de ver al oponente como un enemigo, se le aprecia como una ayuda para el propio desarrollo y aprendizaje.
El Confucionismo en el Tài Jí Quán: La Disciplina y la Ética
Por último, el confucionismo, fundado por el Maestro Kong 孔夫子(Confucio 551-479 a. C) es la que denominaríamos tercera influencia importante en el TaiChi. Mientras que el taoísmo y el budismo se centran más en la parte interna o espiritualidad y el fluir con la Naturaleza, el confucionismo tendría un enfoque muy marcado hacia las relaciones humanas, la ética y el orden social. Está claro por esto que el desarrollo de este enfoque repercutirá así mismo y directamente en el cultivo del espiritual.
Los Principios del Confucionismo más importantes que podemos observar en algunas Escuelas de Tài Jí Quán:
Disciplina y práctica constante: Para los confucionistas, la mejora personal se logra a través de una práctica constante y disciplinada. En el TaiChi, esta disciplina es fundamental. No se trata de alcanzar el dominio rápidamente, sino de un proceso de mejora lenta y constante. La práctica diaria refleja el esfuerzo de esta filosofía por mejorar el carácter y perfeccionarse.
Respeto y humildad: La enseñanza confuciana de respeto por los demás y por uno mismo está muy presente en el TaiChi. Los practicantes deben mostrar respeto hacia sus Maestros, sus compañeros y su propio cuerpo, así como humildad en el aprendizaje y en la ejecución de los movimientos. Esta actitud crea una atmósfera de respeto y armonía en la práctica, lo cual facilita el aprendizaje y el desarrollo personal.
Ética y moralidad: El confucionismo prioriza la importancia de la moralidad y las virtudes en las relaciones humanas, algo que también se debe ver en el TaiChi Chuan. El entrenamiento en este Arte Marcial interno implica no solo aprender técnicas físicas, sino también desarrollar un carácter virtuoso y una actitud ética. Los alumnos deben ser alentados a actuar con integridad y a mantener la calma, el respeto y la rectitud.
La Integración. Un Objetivo
Aquí no puedo dejar de recordar las instrucciones recibidas por mi Maestro Zhāng Xiū Mù 张修睦, que de la misma forma que en cualquier discípulo vinculado a la Puerta del Dragón Lóng Mén Pài 龍門派 nos apremió a transmitir las enseñanzas mediante la complementariedad entre el budismo, el confucianismo y el taoísmo, de la misma forma que lo hiciera hace casi 900 años Qiū Chù Jī 丘處機 en Lóng Mén Shíkū 龍門石窟 (Grutas de la Puerta del Dragón).
El Tài Jí Quán es un ejemplo perfecto de cómo el taoísmo, el budismo y el confucionismo pueden integrarse en una práctica completa y enriquecedora. Del taoísmo toma la filosofía de armonía con la Naturaleza y la búsqueda del equilibrio del Qì. Del budismo adopta el control de la mente y la práctica de la atención plena. Del confucionismo incorpora la disciplina y la ética, esenciales para el desarrollo integral del practicante.
Esta integración convierte al Tài Jí Quán en algo más que un Arte Marcial o un ejercicio físico saludable, siendo un poderoso camino de autoconocimiento y desarrollo espiritual. En cada postura y movimiento deberíamos encontrar la síntesis de estas tres tradiciones que, aunque distintas en sus raíces, confluyeron en los que crearon, desarrollaron y transmitieron el TàiJí Quán con la finalidad de ofrecer una vía de crecimiento personal, bienestar y equilibrio con el Tao.
Te esperamos en el próximo artículo!