Los beneficios del TaiChi Chuan para la salud en general los encontramos desde los primeros días de su práctica. A diferencia de otras disciplinas o actividades físicas, su singularidad recae al tener en cuenta fundamentalmente tres aspectos de forma especialmente coordinada, destacando la lentitud y control en los movimientos, la respiración y la atención en la armonía de estos puntos entre otros.
Beneficios del TaiChi
BENEFICIOS DEL TAICHI CHUAN (TAIJI QUAN)
El movimiento lento y circular
El Tai Chi Chuan incorpora múltiples ejercicios que requieren de una movilidad estratégica, que mediante la lentitud en el cambio de acciones suaves y del peso nos permite una conciencia en la estabilidad y el equilibrio. Esto procura un trabajo de conciencia más allá de nuestra mente, al requerir un comportamiento de nuestro cuerpo físico muy singular y siendo incluso conscientes, articulaciones, músculos o ligamentos, del trabajo que estamos realizando. Se trata de una auténtica práctica para nuestra salud y de conexión del cuerpo con la mente que podremos extrapolar a nuestra vida cotidiana.
A diferencia de los comentarios populares, sus características enormemente favorables para las salud no lo hacen exclusivo para personas mayores, sino para un ilimitado perfil de usuarios, como iremos viendo.
La lentitud nos aporta conciencia del momento, pero además nos permite desarrollar, en la ejecución constante, circular y sinuosa, un trabajo de elongación y flexibilidad especialmente dedicado.
La respiración en el TaiChi
Por regla general, acostumbramos a respirar superficialmente, es decir, mediante cortas inhalaciones y exhalaciones que no completan en buena parte de la capacidad de nuestros pulmones y por tanto, la posibilidad de relajarnos y concentrarnos.
Existen métodos para mejorar este proceso y que incorporamos en el entrenamiento, por lo que mostraré a continuación alguno de ellos.
Cuando al respirar trabajamos mayormente el diafragma respiratorio en lugar de expandir la caja torácica, se habla de respiración diafragmática o abdominal natural. Es decir, cuando respiramos, sea como sea, trabajan varias zonas musculares, pero aquí el “trabajo”, atención o movimiento muscular se centra en la zona baja de los pulmones, en la zona diafragmática. El diafragma al moverse mueve el abdomen y por eso también se habla de respiración abdominal, no porque el abdomen trabaje en el proceso.
Su acción nos lleva gran cantidad de aire a la zona baja de los pulmones, que es la que tiene una más amplia capacidad, por ello garantiza una mejor ventilación, captación de oxígeno y limpieza de los pulmones con cada exhalación.
Otro aspecto interesante es la activación el sistema nervioso parasimpático, encargado de la “respuesta de distensión” del organismo. Además, el diafragma responde a un acto involuntario, pero también podemos intervenir en su movimiento. Por ello en prácticamente todas las técnicas de relajación se utiliza la respiración diafragmática, en la que en numerosas ocasiones se le denomina “profunda”.
Ventajas de la respiración diafragmática
- Lleva gran cantidad de oxígeno a los pulmones
- Ventila y limpia los pulmones
- Activa la respuesta de relajación del organismo
- Estimula al corazón y la circulación
- Masajea los órganos
- Ayuda al tránsito intestinal
- Beneficio de la salud en general
Además podemos dirigirla y mejorarla. Para ello es muy importante no forzarla, no debiendo llenar los pulmones como un globo ni sostener la inhalación excesivo tiempo, lo que podría incluso producir estrés.
Con esta técnica conseguimos de más fácilmente acumular el Qi en el DanTian y desde allí distribuirlo por nuestro cuerpo, aumentar nuestra capacidad de atención en el Centro y poder gestionar con nuestra intención su desplazamiento por todo nuestro Ser.
Atención en la armonía
Cabe remarcar que una de las principales dificultades del Tai Chi Chuan, es la conseguir sentir la armonía en todos los aspectos implicados, base indiscutible de los reales beneficios que nos ofrece este Arte interno.
Es evidente la complejidad que aprecia el practicante que se inicia, al prestar especial atención a las dificultades que aprecia en ciertos movimientos motrices, de equilibrio o memoria, más aún si añadimos la sincronización con la respiración o el modo en que esta pueda realizarse. Esto son tan solo ejemplos de la interacción que debe existir con lo que simplemente ocurre en nuestro interior y respecto a nuestro entorno o del equilibrio que anhelamos.
Para una práctica adecuada, es obvio que deberemos atender inicialmente a nuestra parte física, reeducando las posturas y reconociendo sus secuencias. Progresivamente iremos reconociendo las sensaciones y estímulos que generados por nuestro cuerpo, y mediante la autobservación ir corrigiendo y permitir la evolución.
A partir de aquí no habrá hecho más que empezar el camino, pero los beneficios que ya empezaron a hacer efecto al inicio ahora se extrapolan a nuestro patrón de pensamiento, reconociendo tras la conocida frase de Lao Tse “se flexible para mantenerte recto” mucho más que una metáfora e integrando una práctica en la que gracias al control de nuestro movimiento conseguimos doblegar las intransigencias de nuestro espíritu.
Práctica oriental terapéutica
La formación que nuestra Escuela propone y transmite tanto a través de Cursos y Seminarios o bien mediante las Clases periódicas, trata de una modalidad deportiva, adaptada y por tanto saludable, basada claro está en los fundamentos de la Medicina Tradicional China, la cual considera en su lugar de origen más de lo que se confía en Occidente y tratándola como terapia en el más amplio de los sentidos. Reitero aún así su carácter saludable, como también lo es el deporte, o un paseo por el bosque o bañarnos en los océanos, eso sí con la conciencia e intención en la energía que transforma, une y transmite la maravillosa y mágica disciplina del QiGong o el TaiJi Quan.
Como toda esencia, nuestra disciplina no es rígida y además sería incorrecto el etiquetarla, de acuerdo a su carácter, para el corazón, marcial, budista, taoísta… Todo Tai Chi o QiGong, desde el punto de vista de sus fuentes (no en el sistema sanitario occidental) es terapéutico y todo él procede de fuentes taoístas, también es cierto que su estudio lo es todo menos marcial, ya que para esto ya se recoge bajo otra denominación, como el Kung Fu (Gong Fu) o el WuShu (Artes Marciales chinas) y no debemos mezclar las denominaciones puesto que aunque contemple los mismos fundamentos o se utilice como base, la finalidad de la práctica difiere. Imagina que recibes un masaje antes de realizar un entreno de boxeo, ¿es por ello la práctica del masaje un arte marcial?
Los taoístas consideran al cuerpo humano como un microcosmos, un pequeño Universo. El emperador y sabio pensador Huangdi, al cual se le atribuye los principios de la Medicina Tradicional China (2600 a.de C. – E.V.), en su obra Canon médico del Emperador Amarillo, dejó dicho:
Nuestro cuerpo se asemeja a un Universo; nuestro cuerpo genera innumerables cambios.
En alguna ocasión, algunos hacen referencia al Arte del Tai Chi evocando al relajamiento de una forma absoluta e irrevocable, imagino con la idea de captar la atención a quien cree necesitar sosiego y que podrá, claramente, encontrarlo en un estado de reposo, pero no es del todo así.
Tai Chi es ante todo la representación de un continuo movimiento en la búsqueda del auto-conocimiento, avanzando por un equilibrio, la representación del Camino, del Tao en constante evolución y gracias a la aceptación y comprensión de los opuestos, Yin y Yang. Nada más lejos que el reposo absoluto, aunque no debemos olvidar que partió de él.
Un método para iniciarnos en este conocimiento es escenificar con nuestras propias fuerzas, así las prácticas iniciales nos proponen ejercicios donde la mente debe realizar un sutil pero singular trabajo para reconocer la tensión y la relajación de diferentes partes de nuestro cuerpo.
Si el Tai Chi fuese, tal y como algunos proclaman, total relajación, tan solo correspondería a una parte de lo que trata su ancestral filosofía. Todo sería Yin y por tanto, desequilibrio y Caos.
Cabe remarcar que una de las principales dificultades del Tai Chi Chuan, es la de conseguir sentir la armonía en el movimiento de todos los aspectos implicados de la vida, base indiscutible de los reales beneficios para la salud que nos ofrece este Arte interno.
El TaiChi y la incapacidad física
Un sobreesfuerzo puede ser contraproducente, pero las limitaciones deben relativizarse en un entorno de comprensión más allá de lo material. Nuestro cuerpo, en armonía con nuestra mente, no sólo escucha sino que acepta los mensajes de ésta, no limitando pero si adecuando su estado en pro a una evolución natural.
Ralentización
Los movimientos deben ser inicialmente lo suficientemente lentos y suaves como para poder observar las posibilidades de quien los ejecuta, e ir incrementando la velocidad, dentro del ritmo natural de la secuencia que se esté realizando.
Exigencia
El nivel de rigurosidad, ritmo o repeticiones debe ser pausado, progresivo y al tiempo de las mejoras observadas. No se desestimará el esfuerzo, con la intensidad adecuada a cada caso, puesto que la práctica puede y debe suponer una herramienta de mejora corporal y mental.
Equilibrio
Las posiciones y realización de las secuencias acostumbran a ser simétricas y equilibradas, y de la misma forma debe procurarse la ejecución de su práctica independientemente de la afectación, por ejemplo, en una de las extremidades del alumno, y en el caso de limitación para alzar una mano a la altura de la cara, la otra extremidad sin limitaciones deberá imitarla y acompañarla con actitud asertiva.
El TaiChi y la incapacidad mental
Para este tipo de adaptación se deberán aplicar las mismas medidas que en la Adaptación física anterior, y además:
Evitar excesos
- Complejidad en posturas y movimientos
- Secuencias extensas
- Acciones psicomotrices complejas.
Trabajar lo esencial
Minimizar la práctica escogida, bien sea en actitud, como en dinamismo o visualización.
El TaiChi y la Tercera Edad
No existen limitaciones en la edad para el Tai Chi Chuan o el QiGong, ya que estas disciplinas, entendidas desde la actitud, forman parte de un aprendizaje que trasciende la edad física. Una buena comprensión dependerá siempre de una adecuada transmisión.
Para personas de avanzada edad atenderemos a los puntos de interés mencionados anteriormente sobre la adaptación física, así como recurrir a las estrategias sobre la adaptación mental en la medida de lo necesario, lo observado y el sentido común que en todo momento debe acompañarnos respecto a la atención de quienes confían en nuestra guía.
La primera edad
Para corta edad, infantil o juvenil, será de gran utilidad cualquier recurso sobre dinámica de grupo y estímulos de atención, adaptando el ritmo o los estilos y atendiendo a la necesidad previa de dinamismo que pueda requerir la actitud o inquietud de la edad en cuestión, procurando la empatía que comporte la captación de la atención de forma adecuada.
Enfermedades y contraindicaciones
Es tan importante tener un amplio conocimiento de la disciplina como de la observación y atención hacia las posibles limitaciones que puedan reunir los participantes. Para ello, sobre todo en grupos con enfermedades comunes, será imprescindible acompañarnos del consejo de un experto sanitario que autorice o respalde la práctica. El profesional médico deberá conocer al detalle el tipo de ejercicios que proponemos en nuestro programa.
Cabe destacar que como monitores también deberemos, entre otras, recibir el consentimiento del usuario mediante un formulario adecuadamente redactado y en el que conste el conocimiento de las prácticas y el carácter inocuo de las mismas, claro está respecto al sistema sanitario occidental.
Para facilitar la comprensión debemos remitirnos a los textos en que explicábamos las diferencias con el QiGong, reconociendo a este como base fundamental para la preparación del Tai Chi Chuan. Así, basado del QiGong de la Medicina Tradicional China, es poseedor de un indiscutible beneficio para la salud a cualquier nivel sin embargo, siendo una práctica más dinámica (sin olvidar los estilos en los que se requieren posiciones extremadamente dificultosas), deberemos tener especial cuidado con las afectaciones en articulaciones, especialmente en las rodillas o columna vertebral, o que nos produzca cualquier tipo de dolor y en general aquellos que afecten a nuestra salud.
En numerosos ejercicios nos encontramos con la necesidad de permanecer en posturas durante un tiempo extendido, con la finalidad de observarlas o mejorarlas y que a pesar de su sencillez pueden provocar una sobrecarga innecesaria. Para estos casos podría ser prudente realizarlas sentados hasta comprender su mecanismo.
No quiero dejar de realizar una advertencia a aquellas personas afectadas de un especial estado de ansiedad, tensión emocional o psíquica, que por regla general acuden a los centros de prácticas orientales atraídas por su ambiente sosegado y de una apariencia adaptada a las necesidades. Es indiscutible que pueda ser beneficioso pero siempre deberá ser consensuado o monitorizado por un especialista médico o deportivo, evitando posibles alteraciones debidas al contraste en el cambio de ritmo de su estado emotivo.
La ambientación de la mayor parte de centros para la práctica de estas disciplinas, y en ocasiones la actitud de quienes lo regentan, pueden confundir la percepción de la realidad y lo físico, base y estabilidad de nuestra mente.