Los Cuatro Principios para la Evolución – Desvelando la Transmisión Secreta de Yáng Jiàn Hóu 杨健侯
- septiembre 25, 2024
- Publicado por: Yùyán
- Categoría: NeiGong TaiChi Chuan
En los textos sobre Las Verdaderas Enseñanzas del Tài Jí Quán Secreto, Wèi Shù Rén 魏树人 nos instruye sobre el estilo Yáng o Yáng Shì 楊氏 de Yáng Jiàn Hóu 杨健侯, mencionando en ocasiones la importancia de evitar el error reincidente de descuidar la práctica externa, “casi como si se pensara en los efectos prodigiosos de una práctica interna que no requiere ningún esfuerzo”. Una de las reglas más antiguas del Tài Jí Quán del estilo Yáng o Yáng Shì 楊氏 es realizar una práctica equilibrada, interna y externamente.
Hace mención expresa a la generalidad existente en la mayoría de Escuelas actuales, en que invierten esta regla y los principiantes, desde las primeras lecciones, estudian la Forma sin haber comprendido a fondo los principios fundamentales. Nos recuerda que “puede practicarse durante más de 20 años, pero sin la comprensión de los principios y fundamentos es imposible alcanzar el potencial del verdadero arte del Tài Jí Quán.”
Tal y como explicamos en el anterior artículo LA TRANSMISIÓN SECRETA DE YÁNG JIÀN HÓU 杨健侯, los principios y métodos del Tài Jí Quán Nèigōng 太極拳 內功 fueron celosamente guardados por la Familia Yáng durante generaciones, pero Wáng Yǒng Quán 王永泉 (1903-1987) tomó la decisión de hacer públicos los secretos que hasta entonces había estado guardando.
Es así como Wèi Shù Rén 魏树人, uno de sus discípulos, transmitió estos conocimientos a mi Maestro Zhāng Xiū Mù 张修睦 y que hoy en la Escuela Yùyán 寓言 tratamos como estudio fundamental en nuestras clases presenciales. Hablaremos hoy sobre cuatro de estos Principios.
Aprovecho para tranquilizar a los defensores del secretismo, que no se sientan ofendidos creyendo irreverente esta publicación, ya que el auténtico secreto reside en la comunión de la perseverancia en la práctica y una adecuada guía en la transmisión, y no tan solo en la especulación de los textos. Respecto a los que ansían el conocimiento, aquí tienen lo que en pocas ocasiones se detalla pero de nada sirve sin la premisa anteriormente citada.
Los Cuatro Principios Fundamentales para la Evolución en el Aprendizaje
A lo largo de la práctica del Tài Jí Quán Nèigōng, se atraviesan distintas etapas, cada una con un propósito específico en la evolución física, mental y energética del practicante. Estas etapas están definidas por cuatro conceptos fundamentales y que vamos recordando a lo largo de nuestras clases presenciales, estos son:
1. Sòng 松 (Relajarse)
La primera etapa es Sòng 松, que se traduce como “relajarse”. En el contexto del Tài Jí Quán, la relajación no implica simplemente la relajación muscular o una pasividad total, sino una relajación activa, consciente y equilibrada. El concepto de Sòng es esencial para liberar tensiones internas y alcanzar un estado en el que el cuerpo y la mente están alerta, pero sin rigidez.
✓ Relajación consciente: Aquí, el practicante comienza por identificar las tensiones físicas acumuladas, en especial en las áreas del cuerpo donde el estrés tiende a concentrarse (hombros, cuello, espalda). La meta es disolver esas tensiones mientras se mantiene una postura erguida y bien alineada. La relajación en Tài Jí no es un colapso muscular, sino un proceso donde el cuerpo se suaviza sin perder su estructura.
✓ Relajación mental: La relajación también abarca la mente. Un practicante debe aprender a soltar las preocupaciones y distracciones que nublan la claridad mental. Al relajar la mente, se facilita el enfoque en los movimientos, en la respiración y en el flujo de la Energía Interna.
✓ Relajación energética: A nivel energético, el objetivo de Sòng es permitir que el Qi (Energía Vital) fluya sin obstáculos. La rigidez física o mental puede bloquear el flujo del Qi, lo que impide un desarrollo adecuado del Nèigōng. Relajarse permite que esta energía circule de manera natural y sin impedimentos.
2. Sân 散 (Soltarse, Aflojarse)
Después de haber alcanzado un nivel de relajación, se entra en la fase de Sân 散, que implica “soltarse” o “aflojarse”. Este concepto va más allá de la relajación física y busca liberar el cuerpo de cualquier vestigio de rigidez residual, llevando el estado anterior de Sòng a una liberación aún más profunda.
✓ Aflojarse en las articulaciones: La clave de Sân es soltar las articulaciones, los tendones y los músculos de manera que el cuerpo se vuelva flexible y fluido. En esta etapa, el practicante comienza a eliminar cualquier resistencia interna al movimiento. Por ejemplo, las articulaciones se sueltan para permitir que la energía pase a través de ellas sin encontrar obstáculos, lo que facilita la movilidad y la elasticidad en los movimientos.
✓ Soltarse emocionalmente: En este nivel, se comienza a soltar también la carga emocional, pues las emociones reprimidas pueden causar tensiones físicas. Aflojarse emocionalmente implica dejar ir miedos, ansiedades y patrones mentales limitantes, para que la energía interna fluya sin restricciones.
✓ Conexión del cuerpo con la tierra: Un aspecto clave de Sân es profundizar la conexión con el suelo. Aflojarse significa permitir que el cuerpo se asiente naturalmente en la tierra, de forma que el peso se distribuya de manera uniforme, sin acumulación de tensiones. Este proceso fortalece la raíz, un concepto central en el TàiJí Quán, donde se busca estabilidad y conexión con el centro de gravedad.
3. Töng 通 (Fluir, Desobstruirse, Desbloquearse)
El siguiente paso en el proceso es Töng 通, que puede traducirse como “fluir” o “desbloquearse”. Después de haber relajado y aflojado el cuerpo y la mente, el practicante está preparado para permitir que la Energía Interna o Qi, fluya libremente por todo el cuerpo.
✓ Desobstrucción del Qi: La Energía Vital debe fluir sin interrupciones por los meridianos o canales de energía del cuerpo. A medida que se suelta el cuerpo en la etapa de Sân, los bloqueos en el flujo energético comienzan a desaparecer. Töng se refiere al proceso mediante el cual se eliminan estos bloqueos, permitiendo una circulación fluida y continua del Qi.
✓ Fluir en los movimientos: En términos de movimiento, Töng se manifiesta como una fluidez constante y sin interrupciones. Cada movimiento del TàiJí Quán está diseñado para ser continuo, sin rupturas o saltos bruscos. El cuerpo se mueve como si fuera un todo integrado, donde las extremidades, el torso y la cabeza trabajan en perfecta armonía.
✓ Armonía cuerpo-mente: En este punto, el practicante debe ser capaz de coordinar el cuerpo y la mente para que ambos fluyan juntos. El estado de Töng se alcanza cuando la mente dirige el Qi sin esfuerzo y el cuerpo responde de manera natural, sin rigidez ni desconexión entre las partes.
4. Köng 空 (Vaciarse, Ahuecarse, Liberarse)
La última etapa del aprendizaje es Köng 空, que significa “vaciarse”, “ahuecarse” o “liberarse”. Este concepto representa un estado avanzado en el que el cuerpo, la mente y la energía han alcanzado una verdadera liberación, un estado de vacuidad activa y consciente.
✓ Vaciarse de tensiones: Después de haber soltado el cuerpo y permitido que el Qi fluya libremente, el siguiente paso es vaciarse de cualquier vestigio de tensión, apego o resistencia. Este vacío no es una ausencia, sino un espacio receptivo que permite una máxima capacidad de respuesta y sensibilidad. Un cuerpo “vacío” en el sentido de Köng es un cuerpo que ha liberado todo lo superfluo y está completamente disponible para actuar de acuerdo con las necesidades del momento.
✓ Vaciarse mentalmente: En términos mentales, Köng implica liberar la mente de todo pensamiento o preocupación innecesaria. Es el estado de “mente vacía”, donde la conciencia está completamente presente, libre de distracciones y apegos. En este estado, la mente es como un espejo, reflejando todo lo que sucede sin aferrarse a nada.
✓ Resonancia con el vacío: En la filosofía del TàiJí Quán y del Taoísmo, el vacío es una de las cualidades fundamentales del universo. Köng permite que el practicante se conecte con este principio, logrando una resonancia con el Tao, la fuente de toda energía y creación. Al vaciarse, el cuerpo y la mente se vuelven receptivos al flujo natural del Universo, alcanzando un estado de profunda armonía.
✓ Liberarse del ego: En un sentido más profundo, Köng implica una liberación del ego, de las expectativas y de las limitaciones impuestas por la identidad individual. Es un estado de verdadera libertad, donde el practicante se disuelve en la práctica, permitiendo que la energía fluya sin interferencias de la voluntad o el deseo personal.
Como vemos, los cuatro requisitos y etapas del Tài Jí Quán Nèigōng, Sòng, Sân, Töng y Köng, describen un proceso gradual pero profundo de transformación. Se comienza con la relajación física y mental, se continúa soltando las tensiones internas y emocionales, para luego permitir que la Energía fluya libremente, y finalmente se llega a un estado de vacuidad y liberación. Estas etapas no solo desarrollan las habilidades técnicas del practicante, sino que también promueven una profunda transformación interna, donde el cuerpo, la mente y la Energía se armonizan con el flujo natural del Universo.
Tao Te King y el Capítulo 78
En nuestra Escuela tenemos por costumbre iniciar las clases prácticas con la lectura de un párrafo de alguno de nuestros clásicos, especialmente el Tao Te King (Dào Dé Jīng 道德經). Esto nos permite conectar de una forma vivencial con el mensaje intrínseco en la filosofía del arte interno que estamos practicando, manteniendo además el hilo conductor a lo largo de la sesión y que permita la reflexión final sobre estas lecturas de una forma tan singular como estratégicamente esclarecedora.
El capítulo 78 del Tao Te King dice lo siguiente:
“Nada en el mundo es más blando y débil que el agua. Pero para disolver lo duro y lo fuerte, nada puede superarla. Todos lo saben, pero ninguno lo practica. Por eso, el sabio dice: ‘El que acepta las suciedades del mundo puede convertirse en el rey del mundo. El que soporta las desgracias del mundo puede convertirse en el soberano del universo’. Las palabras verdaderas parecen paradójicas.”
Este Capítulo habla con claridad sobre la flexibilidad, la suavidad y la paradoja como virtudes superiores que reflejan el Tao, el camino natural del Universo. Al relacionar los conceptos de Sòng, Sân, Töng y Köng en el aprendizaje del TàiJí Quán Nèigōng con este Capítulo del Tao Te King, podemos encontrar conexiones profundas entre las enseñanzas de Lao Tse y las etapas del desarrollo interno en esta práctica.
1. Sòng 松 (Relajarse) y la Suavidad del Agua
El concepto de Sòng, o la relajación activa, se relaciona directamente con la idea de la suavidad del agua mencionada en el capítulo 78. Lao Tse destaca que “la suavidad y la debilidad” del agua son más poderosas que la rigidez de lo fuerte. En el TàiJí Quán, aprender a relajarse (Sòng) es fundamental porque permite que el cuerpo, al igual que el agua, sea flexible y adaptable, en lugar de rígido y tenso.
El agua, en su suavidad, fluye sin resistencia y se adapta a cualquier forma, sin perder su esencia. De la misma manera, la relajación en TàiJí no es pasividad, sino una relajación que permite la máxima capacidad de respuesta y adaptación. Al igual que el agua, un practicante que ha dominado el Sòng puede moverse sin resistencia y adaptarse a cualquier situación o desafío.
2. Sân 散 (Soltarse) y la Disolución de lo Duro
La segunda etapa, Sân (soltarse, aflojarse), puede asociarse con la capacidad del agua para disolver lo duro y lo fuerte, como se menciona en el capítulo 78. Lao Tse dice que “para disolver lo duro y lo fuerte, nada puede superarla”. Sân representa esta capacidad de liberar cualquier tipo de rigidez o bloqueo en el cuerpo y en la mente, permitiendo que el flujo de energía circule sin obstáculos.
Al aflojarse y soltarse, el practicante deja de aferrarse a la rigidez física, emocional o mental, logrando disolver cualquier resistencia interna de la misma manera en que el agua puede erosionar una roca con el tiempo. El agua no lucha, simplemente fluye y eventualmente elimina cualquier dureza, lo cual es paralelo a la idea de Sân, que nos enseña a aflojarnos para liberar las tensiones internas y permitir el flujo natural.
3. Töng 通 (Fluir) y el Poder de la Suavidad
La tercera etapa, Töng, que significa “fluir” o “desbloquearse”, se relaciona con la fluidez del agua y su capacidad para superar cualquier obstáculo. El agua, por más suave que sea, siempre encuentra un camino, incluso en los terrenos más difíciles. De manera similar, cuando un practicante del TàiJí Quán llega al estado de Töng, su cuerpo y mente fluyen sin interrupciones, y el Qi circula de manera natural y sin obstáculos.
Esta fluidez refleja lo que Lao Tse describe como el poder superior de lo suave: la capacidad de fluir a través de lo rígido y fuerte. En Töng, no hay resistencia ni bloqueos; el practicante se mueve en armonía con el entorno, adaptándose y fluyendo con las fuerzas, sin oponerse a ellas. Aquí encontramos la esencia de la no-resistencia Wú Wéi 無為, uno de los principios fundamentales del taoísmo del que hablaremos más adelante.
4. Köng 空 (Vaciarse) y el Vacío como Fuerza
Finalmente, el concepto de Köng, que significa “vaciarse”, “ahuecarse” o “liberarse”, refleja la idea taoísta de que el vacío es un estado de poder y potencial ilimitado. En el Capítulo 78, Lao Tse dice que “el que acepta las suciedades del mundo puede convertirse en el rey del mundo”. Esta paradoja resuena con Köng, que implica vaciarse de tensiones, de deseos y del ego para alcanzar un estado de verdadera libertad.
Al vaciarse, el practicante se vuelve como el agua: sin forma definida, pero capaz de adaptarse a cualquier circunstancia. Este vacío no es una carencia, sino un estado de receptividad plena, donde se puede responder con flexibilidad y sin esfuerzo a las demandas del entorno. En términos taoístas, el vacío es lo que permite que el Tao fluya sin restricciones. Köng es la culminación del proceso de aprendizaje del TàiJí Quán, donde el practicante ha liberado el cuerpo, la mente y la Energía, y se ha vuelto un canal puro para el flujo del Tao. ¡Pobre de aquél que se vanaglorie de haber llegado a tal estado!
El capítulo 78 de este maravilloso tratado sobre El Camino y La Virtud y los Cuatro Principios para la evolución en el auténtico TàiJí Quán Nèigōng están profundamente interconectados en la idea de la paradoja del poder de lo suave y flexible. Lao Tse nos muestra que lo blando, como el agua, es más fuerte que lo duro, porque lo blando se adapta, fluye y se vacía, mientras que lo duro se quiebra o se estanca. De la misma manera, el proceso de aprendizaje en el TàiJí Quán implica soltar la rigidez y los apegos para alcanzar un estado de fluidez, flexibilidad y vacío, donde el practicante se conecta con el flujo natural del Tao.
El camino de relajarse (Sòng), soltarse (Sân), fluir (Töng) y vaciarse (Köng) siguen los principios del Tao, donde la suavidad y el vacío no son debilidades, sino las mayores fortalezas para alcanzar la armonía con el Universo.
¡Te esperamos en la próxima clase!