La Terapia Complementaria no es la Alternativa
- septiembre 26, 2014
- Publicado por: Francisco Sánchez
- Categoría: Alegorías Medicina China

Desde hace tiempo, puede que poco después de la última tortura de la Inquisición, nos van llegando noticias de conversaciones que procuran avanzar en el entendimiento entre métodos o terapias destinadas a la salud de las personas. Todas ellas, claro está, con la única y sana intención de prevenir, paliar o curar la enfermedad.
Algunas técnicas tratan a estas enfermedades como anomalías que han de atajarse mediante la ingesta de un costoso fármaco, menospreciando con descaro sus devastadores efectos secundarios adversos así mismo para la salud. Las otras entienden a estas enfermedades como producto de un desequilibrio y localizando al origen, procuran retornar el nivel adecuado. Estas últimas, entendidas desgraciadamente hoy como alternativas, tienen la peculiaridad de procurar ser latentes incluso antes de la enfermedad, es decir, se entienden como un hábito de vida y con el fin de prevenir estos mencionados desequilibrios y potenciando nuestras cualidades más innatas.
Es curioso deducir que la mayoría de nosotros, por no decir todos, preferiríamos la prevención, aplicación y durabilidad de estos placenteros métodos alternativos (que horrible nombre) a la intrusiva y a veces denigrante farmacología moderna. Pero la incongruencia en la praxis es lo que define (delata) al ser humano actual, nuestra inconsciencia, prisas, apego a lo material y desarraigo a la Naturaleza. Bien, hasta aquí desgraciadamente nada nuevo.
Puede que no sean esas reuniones y almuerzos de los colectivos interesados con los Ministerios de nuestras naciones quienes consigan una comunión, (que no desapruebo, al contrario, pues todos desde nuestros posibles flancos hemos de realizar nuestros avances), si no la libertad individual por decidir y no como ocurrió con aquellos brujos y brujas que conocían extrañas artes. Hoy ya no nos encerrarán por optar por una infusión o respirar el aire del mar en lugar de ingerir un Gelocatil, ni torturarán a nuestras mujeres por prepararnos un zumo de naranja natural con miel en lugar de tomar Bisolvon; ni siquiera quemarán en la hoguera al experto (siempre y que disponga de las mínimas condiciones legales y las máximas en formación) que nos aplique una sesión de Reiki, Digitopuntura o Flores de Bach, no señor, porque han percibido un enorme trozo del pastel en el que ya creemos y escogemos como una terapia alternativa a la que hoy existe y denominan científica, aquella que el Sistema (que tan mal está haciendo muchas otras cosas) la ha etiquetado como única, cierta y eficaz. Ya ni la OMS está de acuerdo con ellos y nosotros somos libres y os animo a visitar al Naturópata, sobre todo antes de apreciar el padecimiento de la enfermedad.
Ahora este Sistema nos da a conocer que existe una Especialidad complementaria, evitando el concepto alternativo pues se considera a éste como “sustitutivo de”, aunque seguro que muchos de ellos, sintiéndose culpables, dudaron al conocer la forma en que los buitres del mercado farmacéutico y sanitario se alimentan a costa de los mismos efectos secundarios que genera su desdén hacia lo natural. Cabe decir que muchos trabajadores de ese propio Sistema y que en la Edad Media reconocería como arriesgados héroes, han apoyado esta complementariedad, paliando así los efectos de la toxicidad farmacológica, pero recordemos que esto no es alternativo y no sustituimos así al envenenamiento de estos medicamentos. Unos valientes, otros oportunistas, lo cierto es que ahora en los Hospitales podemos oír hablar y observar en sus folletos publicitarios conceptos como Acupuntura, equilibrio mental, homeopatía, e incluso ¡ energía vital ! …acercándose así a un público al que alivian con Medicina Oriental o natural el mal que les inyecta con la Occidental.
Tengo el flyer publicitario en mis manos, posiblemente redactado con el asesoramiento previo de un experto en estas Terapias y cómo no, por un buen abogado, y puedo asegurar que dudo si dar gracias a la providencia por haber dado Juicio a nuestro sistema médico y sanitario, por haberse adentrado en el misticismo y sabiduría de la Medicina Tradicional China. Por eso no os extrañe ver mañana a todo el equipo sanitario con el símbolo del TaiChi o los 8 Trigramas tatuados en la espalda y el Libro de la Mutaciones encima de la mesa del Doctor, sería curioso observar como trasladan la mesa de operaciones para que quede orientada al Sur y eliminar los conductos eléctricos que pasan bajo las camas.
Puedo ya oler el incienso por los Hospitales y la reunión con los políticos va a ser muy sencilla a partir de ahora, de lo contrario, espero que no lo hayan hecho por ambicionar el gran dulce que pueda empalagar a nuestros brujos contemporáneos y quieran procurar un justo repartimiento. Si esto último es lo cierto, me temo que no serán equitativos. Bienvenida a la Especialidad complementaria, pero no es la Alternativa, ya que los estímulos de recepción y emisión que se tratan utilizan lenguajes distintos.
Finalizaré con una postura seria, ya que tras estudiarla y practicarla, la Medicina Tradicional China es una de las mejores terapias complementarias que conozco, considerando por esto que podríamos utilizarla en exclusividad tan solo si vivimos, pensamos y sentimos en sintonía a sus auténticos fundamentos. Desconozco que alguien hoy día pueda vivir así en nuestra sociedad, tanto occidental como oriental, (y si tú crees que ya lo haces ¡felicidades!), pero si crees estar en el Camino y eres sincero también sabrás que debes utilizarla, hasta el momento, como aportación de una poderosa herramienta de escucha y evolución; es decir de forma complementaria.