Si consideramos que el Yin y el Yang reflejan una dualidad energética, como los polos de un imán, los Cinco Elementos encarnan cinco fases únicas de esta Energía Vital conocida como Qi. Esta teoría es esencial en las disciplinas chinas, como la medicina tradicional y sus ramas (fitoterapia, acupuntura, QiGong, entre otras), así como en las artes marciales, tanto las internas como las externas, y, por supuesto, en el Feng Shui.
Para comprenderla mejor, recurrimos a Cinco Elementos de la Naturaleza, cada uno con su cualidad distintiva de Qi: Tierra, Metal, Agua, Madera y Fuego.
Es importante recordar que estos Cinco Elementos representan cinco fases energéticas, y los nombres que se les asignan son puramente arquetípicos, cargados de significado en relación a sus cualidades energéticas.
En este capítulo, nuestro enfoque principal es desvincular la asociación occidental que a menudo hacemos, debido a influencias culturales, con cada uno de estos Elementos o manifestaciones energéticas. Debemos comprender por qué se les nombra de manera arquetípica de esa manera.
Filosofía China – Wu Xing
La Teoría de los Cinco Elementos 五行, en la Medicina Tradicional China, clasifica fenómenos naturales y sus conexiones según la filosofía china antigua. También conocida como Cinco Fases o Movimientos, esta teoría se aplica en música, medicina, estrategia militar, artes marciales o el Feng Shui. Los Cinco Elementos son: Fuego, Agua, Madera, Metal y Tierra. Estos elementos interactúan entre ellos, distinguiéndose dos ciclos de interacción: el Ciclo de Alimentación, (producción o generación) y el Ciclo de Control (o dominación). Tan importante es conocer el Ciclo que alimenta como el que domina o controla, puesto que el mal de todos los males es el desequilibrio.
Cualquier desequilibrio es debido a un exceso o carencia de alguno de los Elementos, de la misma forma que por el exceso o carencia del flujo del Qi por nuestros meridianos podemos enfermar. Así, cuando tras el análisis o trabajo intuitivo de un entorno o situación detectemos el desequilibrio entre los Elementos, deberemos recurrir a diferentes herramientas que procuren la armonía y estas serán atender al resto de Elementos que dispondremos a nuestro alcance.
Una forma de equilibrar una carencia en una de las cualidades energéticas sería la de alimentar o generar con la que la antecede. En caso de localizar un exceso se podría utilizar el Ciclo de Control y para ello atenderemos el orden indicado en el diagrama expuesto, concretamente lo indicado mediante las flechas del interior.
Retomando el significado originario de estas manifestaciones, el estudio del Wu Xing compara y relaciona todas las cosas en el Universo con estos cinco comportamientos energéticos para identificar y señalar características generales y cualidades de su comportamiento o existencia. Luego, establece similitudes entre ellas. Además, utiliza la homología para destacar que dos cosas pueden ser diferentes pero compartir una dinámica energética similar. La metáfora se emplea frecuentemente, como lo hizo Laozi 老子 en el Dào Dé Jīng 道德經 (Tao Te Ching) al utilizar el agua como metáfora del flujo del Tao.
Este enfoque de pensamiento inductivo y lógico es lo que permite la universalidad, ya que todo es diverso pero interconectado, formando una unidad.
Por otro lado, el pensamiento occidental adopta un método analítico y sintético. En otras palabras, descompone el todo en partes que se clasifican y categorizan para luego volver a ensamblarlas posteriormente.
Identificando los arquetipos – Cinco elementos
Elemento Agua
La primera fase se encuentra en el Elemento Agua, y su propia denominación nos lleva a asociarlo con la energía en estado de reposo. Aunque a veces se encuentra en calma, cuando se agita, revela todo su potencial. También se le reconoce como una energía que fluye hacia abajo, hacia el Norte, y está simbólicamente ligada al invierno y a la medianoche.
Cuando observamos el Feng Shui, el color que mejor representa a este Elemento es el negro, o tonalidades oscuras y formas sinuosas. Sin embargo, es importante recordar que el aspecto cromático de este Elemento y sus cualidades energéticas deben considerarse como una contribución relativa, ya que pueden manifestarse en otras tonalidades dependiendo de su interacción con el entorno y otros estímulos.
El Elemento Agua, asociado con la oscuridad, lo oculto y la Luna, la cultura tradicional lo atribuye además a la maternidad. Esto ocurre con muchas otras filosofías de pensamiento, como el renacer al final de un Ciclo iniciático similar al vivenciado en el Camino de Santiago. Su influencia se refleja así en situaciones propicias para la introspección, la tranquilidad, el misterio y la profundidad.
Elemento Madera
El Elemento Madera está intrínsecamente ligado al flujo energético hacia el exterior. Representa la evolución de la fase anterior en el Elemento Agua, cuando la energía está en reposo pero con un potencial latente que desencadena una actividad expansiva, similar al renacimiento de la primavera después de la tranquilidad de la noche. Su orientación es hacia el Este y simboliza el esplendor de la Naturaleza.
En la observación del entorno natural, podemos identificar este Elemento a través de colores como el verde, el azul y otros tonos naturales que acompañan el crecimiento, así como en formas rectangulares o cilíndricas. No obstante, es esencial recordar que en contextos más amplios, situaciones y relaciones, este Elemento puede adoptar una variedad de tonalidades, ya que su cualidad reside esencialmente en lo interno y en su capacidad para estimular, entre otros, ladeterminación y la creatividad.
Elemento Fuego
Después de la explosiva manifestación inicial de la que hablábamos, la energía persistente se encarna en el Elemento Fuego, que simboliza la constancia y el apogeo de la energía en ascenso, asociada con la luminosidad pero ante todo a la proyección. Su orientación se relaciona con el Sur, el verano en el ciclo estacional o el mediodía en el ciclo diario. Es importante recordar que en la tradición china, a diferencia de nuestro Norte, la ubicación del BaGua (en esta mención similar a la Rosa de los Vientos occidental) se orienta hacia el Sur, es decir, el punto preferente y aquel que tenemos frente a nosotros para realizar una práctica.
Este Elemento se encuentra u orienta principalmente en el Sur y está vinculado al máximo esplendor, al apogeo o hacia donde proyectamos nuestras acciones o intenciones.
Cuando hablamos de Fuego, nos referimos a la luz, el calor y, generalmente, al color rojo; también su representación visual se manifiesta en formas triangulares, cónicas o puntiagudas, sin embargo, es importante insistir que todo esto no es una regla inflexible, sino unas superficiales asociaciones que podemos tener en cuenta de forma complementaria para identificarlo.
Elemento Metal
Después de esta continua liberación de energía apoteósica, se inicia un período de declive en el que la energía se retrae, se cohesiona, dando lugar al Elemento Metal, que está relacionado con la concentración de energía y puede describirse como una fase de energía hacia el interior.
Este Elemento se localiza u orienta hacia el Oeste y se asocia con la introversión y la preparación.
En los objetos físicos que nos rodean, podemos identificar este Elemento a través de tonalidades blancas, claras o con un brillo suave, lo que no debemos confundir con la manifestación del Elemento Fuego. Sus formas suelen ser esféricas, redondeadas o en arcos con superficies lisas. Sin embargo, seguiremos teniendo en cuenta que estas son pautas generales, y la detección precisa de la calidad de la energía en cohesión depende en gran medida de nuestros propios estímulos internos.
Elemento Tierra
El Elemento Tierra toma su nombre debido a que representa el soporte fundamental para cualquiera de las manifestaciones energéticas. Lo asociamos con una energía de movimiento circular o energía central, ya que se trata del Centro, el Presente, y su ubicación, aunque cíclica y transitoria, es tan esencial como omnipresente.
La energía circular nos brinda estabilidad y la encontramos en el mismo Centro, en el lugar que estamos definiendo o en el lugar en el que nos encontramos. Es importante recordar que el Centro es relativo según la perspectiva. Observamos esta cualidad también en nuestras actitudes relacionadas con la seguridad y la reflexión.
Los colores marrones, pastel y suaves, así como las formas cuadradas o cúbicas, suelen asociarse con el Elemento Tierra en representaciones físicas del entorno natural. Sin embargo, es necesario alejarse de esta relación cromática cuando la cualidad energética se manifieste en relación a otros Elementos de manera universal, como es común.
Estas son solo algunas asociaciones fundamentales basadas en la ubicación en el espacio-tiempo, la dirección y los ciclos observados en la Naturaleza.
Los Cinco Elementos abarcan una amplia gama de aspectos que van más allá de la definición asociada a sus nombres. Así, debemos alejarnos de mensajes como “El metal corta a la madera” o “El fuego apaga el agua”… ya que el Elemento Agua va más allá de “lo que moja”, de la misma forma que podemos encontrar una manifestación en cohesión (como el Metal) sin necesidad de que sea de un material metálico.
Además, y como saben los buenos conocedores de la Medicina China un Ciclo Natural de estas manifestaciones reside en cada uno de los Elementos, de la misma forma que reside el Yin dentro del Yang, y viceversa.
Los Cinco Elementos entonces, son tan solo una forma de etiquetar a ciertas manifestaciones plagadas de matices que si queremos gestionar, debemos conocer. O más bien vivenciar.
Os dejamos con una serie de ejercicios de QiGong relacionados en los que sin más, procuran un equilibrio de todas estas manifestaciones energéticas con la simple intención de equilibrar nuestro cuerpo y mente de una forma natural. Una de las bases de la auténtica Medicina China es la prevención y el equilibrio natural mediante el cultivo de la Energía, es decir mediante la práctica del QiGong.
En este video, y de acuerdo a la práctica del QiGong de los Cinco Elementos, se considera al Elemento Tierra como una fase transitoria de introspección y autobservación que alimenta y controla las cualidades energéticas ofrecidas en esta alquímica secuencia.
Nacido en Terrassa, Barcelona, el solsticio de verano de 1967. Discípulo directo del Maestro taoísta Zhang XiuMu, formando parte de la 13ª Generación de Wudang Zhao Bao Taiji Quan e incluido en la familia taoísta en la facción de la Puerta del Dragón (龙 门派) como discípulo de la 26ª Generación (张崇吉). Técnico Deportivo de Nivel 1 inscrito en el Registro Oficial de Profesionales del Deporte de Catalunya (ROPEC) con el número 035304. 5º Duan de TaiJi Quan y Maestro Entrenador Nacional colegiado por la Federación Española de Kung Fu, Wushu, TaiJi Quan y QiGong, Master Honorífico reconocido por la International Martial Arts Federation – International Kung Fu Federation – IMAF IKFF. 3er. Dan de Taekwondo, Entrenador Regional y Árbitro Nacional por la World Taekwondo Federation. Fundador de la Asociación Deportiva de Taiji Quan Yùyán® y miembro de la Asociación Hispano China de Taiji - Wudang Quanfa Yanji Hui. Graduado en el Área Psicofísica de Naturopatía. Titulado en Reflexología, Acupuntura y Digitopuntura, instructor de Feng Shui, Reiki Usui Shiki Ryoho y Terapeuta Tuina y QiGong por el Instituto de Medicina China de Barcelona, siendo miembro de la Asociación de acupuntores y profesionales de la Medicina China Practitioner's Register a través de la Fundación Europea de Medicina Tradicional China, PEFOTS. Autor de la novela Yùyán. Una pequeña alegoría, donde muestra los valores y fundamentos del TaiJi, destinando los beneficios actualmente a la Asociación de Discapacitados La Oka en Terrassa.
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