I Ching | Yi Jing Hexagrama 1 – Qián

易經

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Qián / Lo Creativo, el Cielo

Hexagrama 1 - Chi’en / Lo Creativo, el Cielo

Lo Creativo está en acción; el cambio está en marcha de una forma dinámica.
En este hexagrama se trata de obtener el punto de vista Cósmico.

Qián representa lo etéreo, el cielo, lo iniciador, llamado Yang, como opuesto a lo material, la tierra, lo nutritivo, llamado Yin. Representa lo masculino en su sentido cosmológico, es decir, tal como los atributos puramente masculinos se presentan en la naturaleza. Está identificado con el Sol, la fuerza que da luz, que actúa sobre la oscuridad, la fuerza de la tierra que absorbe la luz. La fuerza Yang se expande, la fuerza Yin se contrae. Como en la energía eléctrica, Yang es positiva, Yin es negativa. Como iniciador, el padre de la familia es identificado con Qián, mientras la madre es identificada con Kūn.

Qián, como el poder del cielo, es identificado con el gobernante, o el Sabio. El Sabio gobierna a través del poder de la claridad, y lo que el I Ching llama “la verdad interior”. Al tener un punto de vista Cósmico más amplio que el de las dualidades amor/odio, gusto/disgusto, comodidad/incomodidad, no necesita producir resultados por medio de la manipulación o la fuerza. Como Padre Cósmico busca lo mejor para todos. Por su desapasionado interés en el desarrollo y en la obtención de nuestro potencial más elevado, lo encontramos estricto en sus principios, pero también suave, generoso y devoto.

En la cosmología del I Ching el ser humano está en equilibrio entre la tierra y el cielo, diríamos, como con un pie en cada uno. Este hexagrama nos sale cuando empezamos a pensar que los asuntos externos son la única realidad. Nos olvidamos de que todo en el mundo externo es activado por y depende de una realidad más elevada (el principio del Cielo). La imagen de tener un pie en cada mundo quiere decir que no podemos descuidar el Cielo: está presente y es central en todo asunto.

Cada individuo posee una naturaleza más elevada y una más baja. Es nuestro destino y nuestro Tao personal, cultivar y desarrollar nuestro “potencial celestial” (llamado “Hombre Superior”, a lo largo de todo el I Ching). Este potencial existe como imagen celestial, o esquema, guardado en la mente de la Deidad. El rechazo de este destino es contrario a nuestras motivaciones fundamentales; seguir a nuestro “Hombre Inferior” crea un sino hostil que sólo puede ser revertido al volver a una humilde aceptación de nuestro destino de desarrollarnos a nosotros mismos.

Cuando un individuo desarrolla su naturaleza celestial, brilla como el sol. Tal persona se mantiene consciente y se adhiere a lo que es bueno y grande dentro de sí. No está dispuesto a sacrificar su sinceridad, su sentido de la verdad, su bondad, o su sentido de lo que es humano y justo, por otras consideraciones. Aunque adquiera firmeza de carácter, recuerda lo difícil que fue corregirse a sí mismo; por lo tanto, puede ser tolerante con aquellos que no se han desarrollado a sí mismos. Siempre está alerta, buscando descubrir la verdad interior de cada situación y actuando desde tal entendimiento. Evita perder su independencia interior y el desapego, resistiendo las quejas de su corazón infantil. Busca constantemente responder al silencioso, pero interiormente audible, deseo del cielo. Al ser reticente, crea respeto por la reticencia; al ser tolerante, crea tolerancia; con su sinceridad crea respeto activamente y amor por la verdad en los demás. Como el sol, brilla sobre todos con ecuanimidad, despertando algo de vida más elevada dentro de ellos.

Qián también representa la idea creadora (imagen Cósmica) antes de que se transforme en realidad. Todo lo que existe ahora existió primero como una imagen, por consiguiente, Qián también representa el potencial creador escondido en cada situación. Al decir potencial creador nos referimos al camino; cuando lo tomamos, mejora la situación para todos y para todo, en cada caso. Este potencial creador es la respuesta apropiada al problema en cuestión. Hay una respuesta particularmente apropiada, y se puede encontrar sólo si nos mantenemos receptivos a ella (la dejamos emerger al mantener la mente abierta). Otras respuestas pueden estar cerca de servir a todas las necesidades, pero requieren arreglos antes de que puedan resolver el problema con certeza, si alguna vez lo harán.

Uno de los mayores significados de ‘I’ en “I Ching” es ‘lo fácil’. Lo cual también quiere decir que la forma más fácil de lograr algo es invocar la ayuda de lo Creativo, por lo cual, la respuesta apropiada emerge. (Esta respuesta muchas veces emerge como si ella fuese el sorprendente desenlace del último acto de un drama.) Cuando luchamos de otra forma por lograr algo a través del intelecto (con la brillantez de la estrategia y el ingenio), o cuando nos afanamos por lograr el éxito (a través del apremio), sólo para justificar la necesidad emocional de crear una situación más cómoda, estamos interminablemente forzados a corregir el revuelo producido por nuestro pensamiento imperfecto. Además, debemos soportar muchas veces el venenoso resultado de haber interferido en la correcta resolución diseñada por el Poder Supremo, una resolución que se hubiera desarrollado sino hubiésemos interferido. El camino de lo Creativo, de todas formas, consiste en usar nuestros errores de forma creadora, una vez que los reconocemos, y volvemos a una correcta actitud.

Propiciando por medio de la perseverancia. Lo propicio se refiere a la naturaleza inherentemente beneficiosa de lo Creativo, que nutre y protege a todos los seres. Esto conlleva un proceso que implica completar ciertos estados de desarrollo, el tiempo es el vehículo por el cual actúa el poder de lo Creativo. Así como brota la semilla y sale la nueva planta, lo Creativo toma la imagen Cósmica y le da forma. De esta manera gradual, la luz del entendimiento surge (la imagen Cósmica emerge), permitiéndonos responder correctamente a las situaciones. Sólo de esta lenta forma, orgánica, sucede todo como debería ser. Puesto que el tiempo es el medio, la perseverancia es necesaria. Para que el potencial propicio se vuelva real, lo Creativo debe ser activado por lo Receptivo. Así como la energía masculina es activada por la energía femenina, Qián es activada por Kūn.

Al perseverar en la receptividad, despertamos el poder de lo Creativo y lo llamamos a la acción. Perseverancia quiere decir que esperamos con una actitud de docilidad y aceptación, libre de ilusiones y de dudas, con una mente alerta y abierta. Lo cual también quiere decir que el ego, nuestro corazón infantil, debe ser sojuzgado o mantenido a distancia. Esto significa que resistimos la presencia diabólica del miedo, las exigencias egoístas de la vanidad, y las exclamaciones de nuestro gran embustero, el intelecto. Si es necesario, ascéticamente privamos nuestro cuerpo del poder del instinto y del empuje emocional.

La naturaleza de lo Creativo es ser irónico, hacer lo imposible y obtener el éxito “un día demasiado tarde”. Se nos puede pedir esperar pasivamente hasta que la falta de acción parece irrazonable (por lo menos a nuestro ego). Esta aparente terquedad del destino (Lo Creativo) tiene lugar porque lo Creativo no responde a las presunciones y exigencias de nuestro Hombre Inferior (ego): hacer las cosas de mala gana o abandonarse a una indolente rendición. Mientras esperemos los horarios marcados por nuestras esperanzas y miedos, encontraremos obstáculos. Mientras escuchemos la voz de la duda en nuestro interior, que nos urge a tomar cargo de los asuntos y nos hace intentar forzar conclusiones cómodas a nuestros problemas, continuaremos compitiendo con lo Creativo.

Si, de alguna forma, humildemente nos adherimos a lo Creativo, buscando ayuda, y aceptamos el no-actuar como parte integral del proceso creador, entonces nuestra actitud será armoniosa y sincera, y lograremos el resultado correcto. El camino de lo Creativo es como el del Maestro Dramaturgo, que mantiene todo en suspenso, en un estado de incomprensión, hasta el último momento. Cuando lo aceptamos de una forma verdaderamente humilde, cuando reconocemos que necesitamos la ayuda del Poder Supremo y cuando pedimos ayuda, el desenlace llega, y con él la iluminación y el éxito desde una fuente más elevada. La respuesta es tan correcta y apropiada que no hay forma de que la hubiésemos comprendido sólo con el intelecto, ni de que hubiésemos obtenido los mismos sublimes resultados con una solución diseñada conscientemente.

Cuando entendemos la forma en que lo Creativo y lo Receptivo interactúan con nosotros, entendemos la forma en que el Cosmos obra y por qué el juicio de este hexagrama dice, Lo Creativo actúa promoviendo un éxito sublime por medio de la perseverancia.


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