Querer ver para poder cambiar.
- octubre 25, 2014
- Publicado por: Yùyán
- Categoría: Alegorías Meditación
La iluminación, esa luz que se alcanza en un óptimo estado meditativo, no tiene por que ser necesariamente buena o agradable desde un punto de vista convencional y por tanto hemos de comprender ese maravilloso estado meramente como lo que es: una humilde claridad que nos muestra tanto lo bueno como lo malo, de la misma forma que una tenue llama en un entorno oscuro ofreciéndonos conciencia de una nueva realidad y en la que pueda aparecer el intenso y atractivo color de los ojos de una amenazante fiera. Solamente con este tipo de luz y en el reconocimiento de la erosión de nuestra piedra bruta podremos emprender la maravillosa aventura de transformación de nuestro interior y de nosotros mismos.
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