Mono de Fuego. Sapiens amicus…

Un fantástico y soleado sábado 13 de febrero en Barcelona, en el que celebramos el Año Nuevo Chino 2016 con mis compañeros de TaiJi Quan y los Maestros Xiumu Zhang y XinHong Lai. Siempre recordaré la emoción de mi Maestro cuando llevábamos tan solo unos minutos caminando en el desfile y me instó emocionado a mirar hacia atrás, observando yo también sobrecogido a una multitud de gente que hasta ahora jamás había visto.
Para casi todos los occidentales, una gran fiesta sin lugar a dudas. Para casi todos los orientales una gran celebración de bienvenida al Mono de Fuego; pero para no tantos, la reflexión sobre un arquetipo y su singular perspectiva, invitándonos a reflexionar sobre la determinación pero sin olvidar la puesta en juego de otros múltiples indicadores.
Este año nuevo chino, 2016 según nuestra Era, comenzó el 8 de febrero y le corresponde el 4714. Según el calendario lunar del que ya hemos hablado en anteriores entradas, está relacionado con el Mono y al Fuego, conectado con el Sol. La astrología china es el sistema zodiacal más antiguo del mundo y su propia cultura considera que no fueron ellos quienes la inventaron sino seres celestiales que procuraron su transmisión para ayudarlos a estar más cerca de la sabiduría. Una curiosa similitud con lo defendido en occidente y en referencia a fascinantes teorías sobre su procedencia babilónica…
Cabe destacar todos estos días el mensaje sobre la asociación arquetípica de estos conceptos, aunque lamentablemente y de la misma forma que ocurre con nuestro horóscopo, indicando lo que debemos o no esperar de esta cómoda interpretación pasiva y a la espera de ver pasar penurias o fructíferos ingresos, pronosticados por el Mono o por cualquier otro personaje. Es cierto que estos nos advierten y facilitan lo que tan solo nosotros debemos ser capaces de juzgar y jugar, pero siempre con el esfuerzo y modificación de nuestras acciones. Ya lo comentamos en la entrada hace un año Has hablado ya con tu animal secreto?, en donde recordábamos la necesidad de personalizar la interpretación: de la misma forma en que no debemos de hacer caso al pronóstico de cuatro líneas expresado en un “horóscopo de periódico” y en el cual además tan solo acostumbra a hacer referencia a lo remarcable de nuestro Sol, obviando numerosos factores -ascendente, planetas, estados, atacires,…- que nos permitirían dar luz a lo que estos arquetipos nos muestran.
Así es, Bienvenido Mono de Fuego y a tus claras advertencias que, en caso de atreverte a reconocer en tu entorno más cercano, deberás interpretar escuchando con sinceridad en tu interior. Como dice el proverbio, no obviemos la Luna observando anonadados al dedo de quien la señala.