I Ching | Yì Jīng. Hexagrama 26 – Dà Chù

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Dà Chù 大畜 / La Gran Doma

Hexagrama 26 - Ta Ch’u / La Gran Doma

En la calma de la reflexión, la fuerza encuentra su dirección,
como un torrente contenido que es guiado hacia su fluir más sabio.

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En el universo enigmático del I Ching, surge el Hexagrama 26, “Dà Chù”, “La Gran Doma” o “El Poder Domesticador de lo Grande”. En esta danza de símbolos, el Trigrama Qián, lo Creativo, se encuentra bajo Gèn, la Inmovilidad. Juntos, nos revelan una lección profunda sobre cómo canalizar y dirigir la fuerza interna hacia un propósito constructivo, y cómo encontrar el equilibrio entre la acción y la reflexión en nuestra búsqueda de logros.

Hexagrama 26 - Cánticos del Yì Jīng de Zhāng Chóng Jí | Yùyán®

Qián, el Trigrama de lo Creativo, es como el poder expansivo del cielo, un torrente de energía que busca manifestarse. Representa la fuerza impulsora que nos impulsa a crear, a innovar y a avanzar. En “Dà Chù”, Qián nos invita a considerar cómo utilizamos esta fuerza interna. Nos recuerda que la creatividad y la ambición deben ser disciplinadas y enfocadas para evitar la dispersión y el agotamiento.

Gèn, el Trigrama de la Inmovilidad, es como la montaña que permanece firme y estable, un refugio de calma en medio de la tormenta. Representa la necesidad de reflexionar y planificar antes de actuar, como un recordatorio de que la acción precipitada puede llevar a resultados insatisfactorios. En “Dà Chù”, Gèn nos plantea la cuestión de cómo equilibramos la acción y la pausa en nuestras vidas. Nos muestra que tomar el tiempo para reflexionar y planificar puede ser tan poderoso como la acción misma.

La convergencia de Qián y Gèn en “Dà Chù” nos habla de la interacción entre la fuerza interna y la inmovilidad en nuestro camino. Aquí, la lección es clara: la fuerza descontrolada puede ser destructiva, pero la inmovilidad prolongada también puede ser paralizante. Este Hexagrama nos invita a considerar cómo canalizamos nuestra energía creativa y cómo equilibramos la acción con momentos de reflexión. Así, “Dà Chù” nos desafía a reflexionar sobre cómo utilizamos nuestra fuerza interna para lograr nuestros objetivos. A menudo, podemos sentir la urgencia de actuar de inmediato, pero este Hexagrama nos insta a considerar una respuesta diferente. Nos recuerda que la paciencia y la planificación pueden conducir a resultados más efectivos y satisfactorios en el largo plazo.

“Dà Chù” nos alerta de la importancia de canalizar nuestra fuerza interna de manera disciplinada y enfocada. Nos muestra que a través de la acción equilibrada y la reflexión consciente, podemos alcanzar nuestros objetivos de manera más efectiva y satisfactoria. A través de este Hexagrama, descubrimos la lección profunda de que la fuerza debe ser domesticada y dirigida hacia un propósito constructivo.

El Hexagrama 26, “Dà Chù” o “La Fuerza Domesticada”, nos enseña que la fuerza interna debe ser disciplinada y enfocada para lograr resultados constructivos. Nos invita a considerar cómo equilibramos la acción y la reflexión en nuestra búsqueda de logros. “Dà Chù” nos desafía a reevaluar nuestra relación con la fuerza y a encontrar el equilibrio entre la acción impulsiva y la inmovilidad paralizante. En esta danza cósmica entre la fuerza y la disciplina, encontramos una lección profunda sobre cómo dirigir nuestra energía creativa hacia el éxito.

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