I Ching | Yì Jīng. Hexagrama 24 – Fù
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Fù 復 / El Retorno
En el regreso a la raíz, hallamos la esencia de la vida,
como el río que vuelve a su manantial, purificándose y renovándose en cada retorno.
El Hexagrama 24 del I Ching, conocido como Fù o “El Retorno”, nos guía a través de un viaje de transformación y restauración. Está compuesto por el Trigrama Zhèn, la Conmoción, en la base y el Trigrama Kūn, lo Receptivo, en la parte superior.
Fù se asemeja a una fase de la vida en la que hemos estado en un período de exilio o alejamiento, ya sea físico o espiritual, y finalmente estamos regresando a nuestro hogar, ya sea literal o metafóricamente. Este Hexagrama representa el retorno a lo que es familiar, lo que es esencial, y lo que es auténtico.
El Trigrama Zhèn, la Conmoción, en la base, sugiere que hemos experimentado una fase de cambio y desafío. Hemos sido sacudidos por la vida, hemos enfrentado obstáculos y conflictos. Esta fase de “conmoción” a menudo nos lleva a explorar nuevos horizontes y a cuestionar nuestras creencias y patrones existentes. Pero eventualmente, nos damos cuenta de que es hora de regresar a nuestras raíces, a lo que es fundamental.
En la parte superior, el Trigrama Kūn, lo Receptivo, nos recuerda que lo esencial en la vida a menudo es receptividad y humildad. A medida que regresamos a lo que conocemos y amamos, debemos hacerlo con una mente y un corazón abiertos. La verdadera transformación ocurre cuando somos receptivos a las lecciones que hemos aprendido durante nuestro exilio.
El retorno no es simplemente volver al pasado, sino llevar con nosotros la sabiduría y la claridad que hemos ganado. Es un retorno con un propósito más profundo, con una mayor comprensión de nosotros mismos y del mundo que nos rodea.
En nuestras vidas, a menudo experimentamos ciclos de exilio y retorno, ya sea en nuestras relaciones, nuestras carreras o nuestros viajes personales. Fu nos recuerda que el retorno no es una derrota, sino una oportunidad para renovar y revitalizar lo que es importante para nosotros. Es un acto de reafirmación y reconexión con nuestra esencia.
Con esta oportunidad para integrar la sabiduría que hemos adquirido durante nuestras experiencias de conmoción, no olvides que el viaje de la vida es cíclico, y que cada retorno puede ser una celebración de nuestra renovada comprensión y conexión con lo que más valoramos.
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