I Ching | Yì Jīng. Hexagrama 20 – Guān
20
Guān 觀 / La Contemplación
A través de la quietud y la receptividad, la contemplación nos lleva a la sabiduría profunda,
y hallamos la fortaleza para fluir y recibir con plenitud.
Dentro del enigmático lenguaje del I Ching, emerge el Hexagrama 20, “Guān” o “La Contemplación”. En este misterioso tapiz de símbolos, el Trigrama Kūn, lo Receptivo, reposa bajo Xùn, la Suavidad. Juntos, nos despliegan una lección profunda sobre la poderosa fuerza que reside en la quietud y la observación reflexiva, así como la capacidad de la suavidad para penetrar incluso las barreras más sólidas.
Kūn, el Trigrama de lo Receptivo, es como la tierra fértil que acoge y nutre todas las semillas. Representa la capacidad de recibir y acoger, de ser abiertos a las influencias externas. En “Guān”, Kūn nos invita a considerar cómo nos relacionamos con el mundo que nos rodea. Nos recuerda que la receptividad no es pasividad, sino una fuerza que nos permite absorber y asimilar las experiencias, transformándolas en crecimiento interno.
Xùn, el Trigrama de la Suavidad, es como el viento suave que penetra sin obstáculos. Representa la capacidad de adaptarse y fluir, como un recordatorio de que la flexibilidad puede superar incluso las resistencias más rígidas. En “Guān”, Xùn nos plantea la cuestión de cómo afrontamos los desafíos y las dificultades. Nos muestra que a través de la suavidad y la adaptabilidad, podemos encontrar formas de penetrar incluso en las situaciones más difíciles.
La convergencia de Kūn y Xùn en “Guān” nos habla de la interacción entre la receptividad y la suavidad en nuestro camino. Nos dice su interpretación que la capacidad de ser receptivos nos permite fluir con suavidad a través de las circunstancias. Hemos de considerar así cómo nuestra disposición a acoger y nuestra habilidad para adaptarnos pueden influir en la forma en que enfrentamos los desafíos.
“Guān” nos desafía a reflexionar sobre cómo abrazamos la quietud y la contemplación en nuestras vidas. En un mundo frenético, a menudo olvidamos el poder de la observación reflexiva. Este Hexagrama nos insta a considerar una respuesta diferente. Nos recuerda que la quietud no es inacción, sino un espacio para escuchar y entender antes de actuar. En medio de la receptividad y la adaptabilidad, encontramos la fuerza y la claridad para enfrentar los desafíos. A través de este Hexagrama, descubrimos la lección profunda de que la suavidad puede ser más poderosa que la fuerza bruta, y que la observación reflexiva puede guiar nuestro camino con sabiduría.
El Hexagrama 20, “Guān” o “La Contemplación”, nos enseña que la receptividad y la suavidad nos brindan la fuerza y la sabiduría para enfrentar los desafíos. Nos invita a considerar cómo acogemos el mundo y cómo fluimos a través de las circunstancias. “Guān” nos desafía a reevaluar nuestra relación con la quietud y la observación reflexiva, y a encontrar en ellas una fuente de claridad y poder. En esta danza cósmica entre la receptividad y la suavidad, encontramos una lección profunda sobre cómo enfrentar la vida con sabiduría y gracia.
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