I Ching | Yi Jing Hexagrama 10 – Lü

易經

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Lü / La Pisada, el Porte

Hexagrama 10 - Lü / La Pisada, el Porte

Acerca de intentar forzar el progreso.

Dui, lo Placentero bajo Qiàn, lo Creativo. Pisando la cola del tigre. Involucrarnos en lugar de permanecer inocentes es desafiar al Destino, es decir, “pisar la cola del tigre”.

El tigre simboliza el Destino. Mientras seamos sinceros, concienzudos, simples e inocentes en nuestra conducta, el tigre no morderá. De alguna forma, si llenos de confianza en nosotros mismos, y, obstinadamente, seguimos un camino equivocado, como hacemos cuando intentamos crear nuevas oportunidades para influenciar, en lugar de permitir que se desarrollen por sí mismas, el tigre nos morderá. Desafiamos al Destino cuando pisamos la fina línea, a pesar del cuidado que ponemos al decirle a otro lo que tiene de malo (o su situación, o su conducta). Debemos ser cautelosos al suponer que porque tenemos una posición más correcta tenemos estos derechos.

Las situaciones difíciles se crean con actitudes equivocadas y con tradiciones que se han acumulado a través del tiempo. Es nuestro destino resolver estas dificultades corrigiendo nuestros errores. El intentar cambiar la situación luchando contra ella, resistiéndola ciegamente o rechazándola, es desafiar al destino como un “ciego o un cojo”. Debemos resignarnos al desarrollo lento, paciente, para invertir las tendencias que se han establecido. Intentar superarlas todas al mismo tiempo es temerario; la situación mejorará sólo en la medida en que mejoremos de una manera duradera.

El Hombre Superior discrimina entre lo alto y lo bajo. Esto significa que aceptamos la disciplina y la paciencia requerida para corregir nuestras apocadas relaciones con los demás. En lugar de escuchar la voz de la autocompasión, las voces impacientes de nuestros inferiores, que miran las circunstancias exteriores como líneas de guía para actuar, debemos concentrarnos en encontrar los egoísmos y los errores que nos han llevado a las dificultades.

Las dificultades en cuestión se mencionan en otra parte del I Ching como “pleitos”. Los pleitos son conflictos interiores con otros, que continúan como resultado de haber adoptado un actitud dura, vengativa o impaciente. Los pleitos siempre tienen lugar cuando sentenciamos a la gente como imposible. Iniciamos una disputa interna en la cual decimos: “tú no existes”; a lo que ellos responden: “sí, yo existo, y te lo voy a demostrar”. A veces el argumento es: “eres imposible”, a lo que ellos responden: “pagarás por tu arrogante juicio sobre mí”. Los pleitos son evidentes en las acciones que implican el que nos fuercen a ser conscientes de ellos (o viceversa). Estos pleitos tienen lugar porque no nos desligamos realmente de ellos. En cambio, supervisamos su comportamiento o sus actitudes. Buscamos castigarlos por haber quebrantado nuestros principios, por haber herido nuestro orgullo o nuestra vanidad.

Cuando nos desligamos realmente, y la cura empieza, y los pleitos mueren, y se hace posible una relación creadora. Cuando nos dejamos llevar por la negación y el enajenamiento, “dejamos el carro atrás”. El carro simboliza nuestro destino de rescatar a aquellos con los que tenemos lazos internos. Las actitudes negativas resisten este destino. Si ignoramos lo más alto, el sentido esencial y el propósito de la vida, rechazando nuestro deber de disciplinarnos, no encontraremos la verdadera felicidad. El mandato del Destino es que sólo podemos encontrar la felicidad si seguimos el camino correcto y este no puede ser evitado.


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